¿Qué tal si llenamos de arte moderno nuestra aula para celebrar el día Valle Inclán?

ARTE PARA NIÑOS: Andy Warhol al alcance de los más pequeños

30 propuestas para acercar el arte del s. XX a los niños | Arte pop | Las artes plásticas del s. XX al alcance de los más pequeños | Warhol (Andy)

El s. XX nos enseñó a mirar el arte de otra manera. Nos enseñó a disociar forma y contenido, a dar importancia a elementos que hasta ese momento se habían considera un mero complemento. Que las artes plásticas no tienen por qué ser una fiel copia de la realidad, que la perspectiva clásica o la destreza técnica no tenían por qué ser los únicos objetivos del artista… Nos enseñó miles de cosas útiles para crear destrezas técnicas valiosas para el desarrollo de un niño y que en RZ100arte os hemos ido contando a lo largo de estos dos años acercándoos las principales escuelas y estilos y sugiriéndoos propuestas prácticas que os ayuden a mostrar a vuestros chavales las novedades, los logros que cada uno de ellos nos legó. (pinchando aquí puedes acceder a todos los artículos que hemos publicado hasta el momento).

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Son muchos ya de los que hemos hablado: Desde el cubismo que nos enseñó a mirar el objeto desde múltiples puntos de vista hasta el fauvismo con el que aprendimos a organizar el cuadro a partir del color, pasando por el impresionismo, el futurismo, la abstracción, el arte povera, el dadaísmo, expresionismo abstracto, el surrealismo, el neoplasticismo, el simultaneismo… Hoy le toca el turno probablemente al movimiento más cercano a vuestros chavales, el pop art, ese que todos conocemos por la utilización que hace de imágenes de la cultura popular y lo vamos a explicar a través Andy Warhol, su figura más copiada y recordada, además de uno de los nombres claves para entender lo que sucede en el arte de la segunda mitad del s. XX.

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Lo haremos como siempre rescatando algunas anécdotas o datos de su biografía a partir de los cuales propondremos diversas actividades prácticas.

WARHOL antes de Warhol: La línea manchada.

Estamos en 1945 y un joven chaval de apenas diecisiete años, hijos de padres eslovacos, se matricula en el Instituto de Tecnología de Carnegie. De allí saldría especializado en diseño pictórico y con un pasaporte a Nueva York donde con sus alegres, alocados y extravagantes dibujos se iba a convertir en el diseñador de moda trabajando para revistas tan importantes como Vogue, Hasper´s Bazaar o The New Yorker.

El joven no es otro que Andy Warhol y en estos primeros trabajos utilizaba una curiosa técnica con la que ya había comenzado a experimentar en sus tiempos de estudiante y que se convertirá en el pilar de su etapa comercial, esa que los entendidos suelen definir como Warhol antes de Warhol. La técnica se conoce como blotted line (línea manchada) y si os fijáis en el contorno negro con el que esta dibujado el zapato, creo que es muy fácil de entender en qué consiste.

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El contorno del zapato no tiene el trazo continuo, se trata más bien de una línea manchada de distintos grosores. Para conseguir este efecto Warhol seguía los siguientes pasos:

Hacía un dibujo a lápiz sobre un papel
Lo repasaba con tinta
Antes de que se secará, colocaba otro papel encima
El dibujo que quedaba marcado en el segundo papel era el utilizado por Warhol para colorear con vivos colores.

Y no os creáis que siempre los coloreaba él. Cuando el trabajo era demasiado Warhol decidía organizar Fiestas para colorear en donde sus amigos acababan dando color a sus obras. Creo que queda bastante claro los pasos de la primera actividad que yo haría con los chavales. Por supuesto, con fiesta incluida.

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Andy Warhol, parte la celebración de hoja Branch, 1950

Pinchando aquí accederéis a una propuesta didáctica del Andy Warhol Museum de Pittsburgh sobre la técnica de la blotted line. Si os queda alguna duda de cómo plantear la actividad espero que el siguiente video, también del Andy Warhol Museum, os la despeje.

Las latas de SOPA CAMPBELL. Cuando un objeto vulgar de la vida cotidiana es elevado a arte

A Warhol le fue francamente bien en esta primera etapa como ilustrador publicitario llegando a exponer sus dibujos en el Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York pero para él este logro no era suficiente. Warhol quería algo más, quería ser considerado un artista, un pintor. Un reconocimiento que no llegó de inmediato. Las primeras exposiciones de sus cuadros no tuvieron éxito ni de crítica ni de público. La escena neoyorquina estaba dominada por el expresionismo abstracto de Pollock y compañía y los intereses de Warhol no tenían muchos puntos en común con ellos.

Andy Warhol. Popeye, 1961

Warholl tenía claro que en sus cuadros no quería plasmar emociones, no quería convertir las obras en vehículos para expresar sensaciones. Pintar no era un acto espontáneo, una acción corporal dinámica… ese no era su camino. La fuente de inspiración de su obra iba a estar en elementos corrientes de la vida cotidiana, en los objetos y las imágenes que le rodeaban y que encontraba a diario en las tiras cómicas de los periódicos o en los anuncios de publicidad. Imágenes de esa cultura popular con la que él llevaba obsesionado desde los seis años cuando coleccionaba fotografías y autógrafos de las estrellas de cine de su época.

Roy Lichtenstein. Look Mickey, 1961

Warhol no era el único que en estos primeros años de la década de los sesenta se dedicaba a realizar serigrafiados de tiras cómicas y otros temas de la cultura popular. Artistas como Roy Lichtenstein y James Rosenquist hacían lo mismo y a ojos de Warhol con bastante más refinamiento que él. Sabía que para destacar sobre ellos, para triunfar y ser él el que entrase en el circuito de las galerías, debía encontrar algo personal

…algo que realmente tuviese un gran impacto, que fuese lo suficientemente diferente…

Y lo encontró en las latas de sopa Campbell, esa sopa que era su plato preferido y de gran número de norteamericanos.

Solía almorzar todos los días, durante veinte años, supongo, la misma cosa una y otra vez…

Estas latas de sopa se convirtieron en las protagonistas indiscutibles de su primera exposición individual que tuvo lugar en la Galería Ferus de Los Ángeles en julio de 1962. Una exposición para la que realizó treinta y dos obras y en todas ellas el objeto representado era el mismo: la clásica lata de sopa en rojo y blanco serigrafiada sobre un fondo blanco, eso sí, con pequeñas variaciones según el sabor de cada sopa. Los treinta y dos cuadros se colocaron en la galería en una sola hilera, como si fuesen productos alineados en un estante de un supermercado.

Y, ¿qué paso? Pues la pieza no tuvo gran éxito en el momento, apenas se vendieron media docena de «latas» que fueron vueltas a comprar por el galerista para mantener el carácter unitario de la obra. Eso sí, a día de hoy nadie duda que fue un punto clave para el surgimiento del arte pop, convirtiéndose esta pieza en un icono del arte contemporáneo. Warhol había elevado a arte un elemento vulgar de la vida cotidiana y lo había hecho mediante una técnica de estampación semimecanizada que a partir de ahora se iba a convertir en su modus operandi. La polémica estaba servida.

Andy Warhol. Green Coca-Cola Bottles, 1962

¿RETRATAMOS A LO WARHOL?

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La exposición en Ferus de «latas Campbell» duró un mes finalizando el 4 de agosto de 1962. Un día después fallecía Marilyn Monroe y Warhol decidió hacerle un homenaje. Para ello tomó una de las fotografía promocionales de la película Nicaragua, la recortó a la altura de la barbilla y la reprodujo una y otra vez mediante serigrafías a lo largo de los siguientes años.

Warhol tan interesado como estaba en mostrar en sus obras productos del consumo de masas, en elevar a la categoría de arte todos aquellos cuya difusión se realiza gracias a la publicidad de los medios de comunicación de masas no podía desperdiciar la oportunidad de mostrar a la actriz como un producto más perteneciente a la cultura popular y elaborar un discurso sobre la juventud, el devenir y la propia muerte.

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PROPUESTA PRÁCTICA

Bien sea la imagen de una lata de sopa, bien la de una celebridad el procedimiento utilizado por Warhol es el mismo. Tomar algo de la cultura popular, serigrafiarlo para poder reproducirlo en serie tantas veces desee y convertirlo en icono. Es esta precisamente la segunda actividad que os propongo para vuestros chavales.

Realmente serigrafiar como hacía Warhol dudo que podáis hacerlo en clase pues se trata de método de impresión o estampación que aplica tinta o pintura sobre una superficie a través de una plantilla de tela que se puede utilizar cuantas veces queramos. La tela sólo deja pasar la tinta en algunas partes que son las que forman la imagen que se desea estampar.

Lo que hacía Warhol era usar la misma plantilla cambiando únicamente el color del fondo. Un fondo que preparaba previamente con distintos colores para el pelo, la boca, los ojos, el rostro… o la variedad del sabor en el caso de las Sopas Campbell y que cuando estaba bien seco serigrafíaba en negro la foto del famoso o del objeto en cuestión.

La web está llena de propuestas llevadas al aula con esta idea tan warholiana de creación a partir de la variación en serie de un mismo motivo. Os dejo tres que me han encantado.

Para los más mayores. Viene del museo Andy Warhol y probablemente sea la más cercana a la manera de trabajar de Warhol.
Para los más pequeños. Unidad didáctica, muy extensa de Mirades Menudes
Para los que quieren utilizar programas de edición de imágenes

CÁPSULAS DEL TIEMPO

El post, como siempre que planteo uno de arte para niños, está durando demasiado pero no quiero dejarlo sin hablaros de The Factory (La Fábrica) el estudio de arte fundado por Warhol en 1963.

Es en este lugar en el que se producen en cadena las serigrafías de Warhol. Allí cuando se hace famoso se trabaja día y noche y se producen las obras en serie exactamente igual que las grandes empresas fabricaban productos de consumo.

Para poder seguir semejante ritmo de trabajo, Warhol reunió a su alrededor a una camarilla de aristócratas, artistas, intelectuales, músicos y demás personajes excéntricos con pretensiones que, al igual que sucedía en aquellas fiestas de colorear de sus años de ilustrador, le ayudaban a elaborar sus cuadros o actuaban en sus películas. Y es que la obra de Warhol es bastante más que hacer serigrafías.

La factoría tuvo tres ubicaciones diferentes en los dieciochos años que duró abierta. Es precisamente en la mudanza que tuvo lugar en 1974 cuando Warhol comenzó a realizar sus famosas cápsulas del tiempo.

Realmente lo que motivo estas cápsulas fue la necesidad de empaquetar todas sus pertenencias. Una tarea complicada para alguien al que le encantaba desde pequeño coleccionar todo tipo de objetos, pero que le gusto tanto que a partir de ese momento colocó una caja de cartón detrás de su escritorio en la que guardaba cartas, regalos, fotografías, material para su trabajo, etc. Cada mes sellaba la caja y la almacenaba. Cuando murió en 1987 se encontraron 600 cajas que nos proporcionan una visión única del mundo privado de Warhol.

La actividad que os planteo para acabar este post, es que vuestros chavales creen su propia cápsula del tiempo. Las siguientes pautas de posibles cosas a introducir, extraídas del blog Warholitos, me parecen perfectas.

Revistas favoritas
Una carta dirigida a alguien que se admira
Una pintura donde se retrate a los amigos
Planes para realizar una obra artística (y la obra artística por qué no)
Páginas de un diario inventado
Un disco con las canciones favoritas (en una de las cajas de Andy encontraron un disco de The Velvet Underground)
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Podéis acabar la actividad dejando la caja en un parque o lugar público para que alguien más la encuentre.

Y por supuesto, el siguiente vídeo titulado 15 minutos de fama con Warhol realizado para nuestro canal de youtube será una manera muy amena de descubrir la figura y la obra de Warhol. Espero que os guste.